Los dragones son incapaces de echar fuego hasta los cinco o seis meses luego del nacimiento, edad en la que pueden aparearse.
Eran considerados simples animales por los elfos -aunque eran tan listos como los humanos-, y se encontraban en guerra con ellos. Luego de muchas batallas, un elfo llamado Eragon encontró un huevo de dragón, al que cuidaba en secreto. Cuando el dragón creció, viajó junto al elfo a los dominios de los dragones, en el que ambas razas sellaron un pacto y decidieron crear a los Jinetes de Dragones, quienes en principio ayudaban a elfos y dragones para comunicarse.
Los dragones vivían eternamente siempre que no se les asesinara o su Jinete no muriera.
«Hay dragones de todos colores. Usualmente son colores sólidos con sombreado ligero en las alas y partes inferiores. No existen dragones rayados ni con puntos».
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